¿Cuáles son los trastornos del desarrollo infantil?
Para poder profundizar en cuáles son los trastornos del desarrollo infantil hay que saber qué son y por qué se producen. Así, estos trastornos hacen referencia a una perturbación generalizada y grave de distintas áreas del desarrollo.
Comunicación (expresión y comprensión del lenguaje).
Relación social.
Falta de flexibilidad mental con comportamientos, intereses y actividades estereotipados.
Sin duda, de los diferentes tipos de trastornos del desarrollo, el autismo es uno de los más conocidos, aunque no es el único. También podemos hablar del síndrome de Asperger, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado o el trastorno desintegrativo infantil. Todos estos comparten manifestaciones, causas y signos. Por ese motivo, es esencial realizar un diagnóstico precoz y diferencial que nos ayudará a que el tratamiento sea efectivo.
Síntomas de los trastornos del desarrollo infantil
Cuando aparecen los trastornos del desarrollo en niños, las manifestaciones clínicas son las siguientes.
Interacción social y comunicación inadecuada. La capacidad para comprender a las personas y la de expresar y reconocer las emociones y sentimientos, propios y ajenos, se ve afectada.
Capacidad intelectual. Si el trastorno es grave, suelen aparecer problemas en este ámbito. De hecho, aproximadamente el 30 % de los niños con trastornos de desarrollo suele tener un ligero retraso intelectual.
Dificultad de atención y memoria. Tienen una memoria muy selectiva.
Alteraciones en el pensamiento y el lenguaje. Suelen tener dificultades para mantener ritmo, tono, volumen y una entonación adecuados durante una conversación.
Dificultad psicomotriz. La mayoría de los niños tienen dificultades para desarrollar la coordinación motora y su motricidad fina. Del mismo modo, suelen presentar anomalías posturales y una conducta estereotipada.
Tipos de trastornos del desarrollo infantil
Los siguientes son los tipos de trastornos del desarrollo infantil más habituales.
TDAH. El déficit de atención con hiperactividad es un trastorno del comportamiento que se caracteriza por inquietud motora, impulsividad, desatención e hiperactividad.
Autismo. El niño tiene problemas con la interacción social y puede llegar a mostrar algo de retraso mental.
Problemas de conducta. Los problemas de comportamiento se dan cuando el niño muestra hostilidad y agresividad hacia cosas o personas de su entorno.
Tartamudez. Son repeticiones prolongadas y frecuentes de sílabas o sonidos. Del mismo modo, se presentan otras alteraciones en la fluidez del habla como bloqueos, silencios, repeticiones de monosílabos, interjecciones…
Síndrome de Tourette. Es un problema neurológico, probablemente heredado, cuyas características principales son los movimientos involuntarios que se repiten una y otra vez y la emisión de sonidos vocales o tics.
Enuresis nocturna. Descontrol del niño con respecto a sus esfínteres, lo que produce que se haga pis en la cama varias veces al mes.
Las manifestaciones y signos asociados a los trastornos citados son estas.
Dificultad para comunicarse.
No relacionarse con amigos y familiares.
Jugar de un modo distinto a los demás niños.
Dificultad para adaptarse a rutinas y horarios.
Cambios repentinos de conducta.
Problemas a la hora de conciliar el sueño.
Conducta agresiva.
Miedos y ansiedad.
¿Cómo se originan los trastornos de desarrollo infantil?
En función del trastorno, la causa puede ser un defecto neurológico o del cerebro. De hecho, en la mayoría de ocasiones se puede solucionar con un tratamiento farmacológico.
Pero si el problema es consecuencia de una experiencia específica que ha influido en el desarrollo del trastorno, lo adecuado sería apostar por una terapia para su solución.
Tratamiento de los trastornos del desarrollo infantil en niños y adolescentes
Una de las primeras acciones que en Vibood Psicología llevamos a cabo es una evaluación neuropsicológica. De este modo, podemos determinar con éxito cuáles son las dificultades a las que se enfrenta el niño o adolescente.
En ambos casos, su cerebro está en pleno desarrollo y, por tanto, sus capacidades y funciones van variando en cada una de las etapas evolutivas normales. Por este motivo, es fundamental realizar una evaluación periódica que nos revele información que será de gran utilidad para los profesionales, familiares y profesores. De este modo, conoceremos el funcionamiento del cerebro del pequeño en las diferentes etapas evolutivas que atraviesa.
Los objetivos que se persiguen en la evaluación infanto-juvenil son muy amplios.
Identificar, describir y cuantificar los puntos fuertes y débiles del niño.
Determinar su desarrollo conductual, cognitivo y emocional.
Conocer las implicaciones del perfil cognitivo en su funcionamiento dentro del entorno escolar, familiar y social.
Conseguir un diagnóstico clínico certero.
Diseñar un plan de tratamiento personalizado para conseguir su rehabilitación.
En función de cada caso, variarán las técnicas y estrategias que se pueden poner en marcha para hallar la solución adecuada. Así, en nuestro gabinete realizamos una completa evaluación con la que establecer un tratamiento personalizado que dé solución a cada caso.
En algunas ocasiones se puede recurrir a la hipnosis clínica y segura. Sin embargo, en otras se puede apostar por técnicas más vanguardistas como EFT, EMDR y relajación para conseguir el objetivo principal.